El arte se define como la toda actividad hecha por los humanos con el propósito de expresar sus sentimientos, opiniones e ideas de manera hermosa. Sin embargo, como he mencionado numerosas veces en este blog, no existe un solo esquema de belleza. Este varia con cada persona y evoluciona con el paso de los años. Lo que es bello para los de una época no lo es para los de otra. Por esto, a través de la historia, siempre ha habido un rechazo inicial contra aquellos que desafían el esquema de belleza de su tiempo.
El primero de ellos fue Édouard Manet quien quiso romper con el esquema de lo clásico, evitando el detalle en las figuras, dando pinceladas irregulares y jugando con las sombras y los colores de una manera hermosa, pero inusual para la época. Presento algunas de estas pinturas ante la "Académie de beaux-arts", que las rechazaron, junto con las de algunos de sus colegas Berthe Moriot, Claude Monet, Camille Pizzarro, Paul Cézzane, Jea-Baptiste Renoir, Edgar Degas y Alfred Sisley.
Juntos, este grupo de artistas crearon un movimiento en contra de la censura de la academia y expusieron sus obras en lo que llamaron "El salón de los Rechazados". Los críticos visitaron esta exposición con el único propósito de mofarse de estos pintores "inexpertos" y de "una mujer". Estos críticos, aseguraban, que el grupo había creado esta exposición, no como una forma de dar a conocer el estílo de sus pinturas, sino como un intento inmaduro de imponerse a los verdaderos artístas "claramente superiores a ellos".
Un crítico en particular los tacho en burla como "impresionistas" por el título de una pintura de Claude Monet "Impresión: Sol Naciente". El grupo, sin embargo no hizo caso a la burla y sus miembros tomaron el nombre impresionistas como suyo.
Juntos formaron la Société anonyme des artistes peintres, sculpteurs et graveurs, un grupo que se dedicó a explorar nuevas formas de pintura y que dió origen a obras tan bellas como el Baile del Molino de la Galette de Renoir, La Mujer con el Parasol de Monet y Boulevard Mortmantre de Camille Pizzarro.
Las pinturas realizadas por los artistas de este grupo, que fue ridiculizado en sus inicios, son ahora icónos del arte de la época. Irónicamente son más conocidas que aquellas que si fueron expuestas por la academia y aclamadas por los críticos de la época.