miércoles, 12 de junio de 2013

Salvador Dalí: El hombre y el artista

Al oir el nombre Salvador Dalí, lo primero que viene a la mente de la mayoría es un reloj derritiendose, una jirafa en llamas o la imágen de un hombre exuberante y expresivo, con un bigotito respingado y largo. Pero, al dar un vistaso a su vida, vemos que, a parte de haber sido uno de los artístas más talentosos, también fue una persona con muchos problemas personales, que fue muy criticada por su excesiva teatralidad y su sobervia. Esto nos lleva a preguntarnos ¿Era Dalí realmente la persona que mostraba al mundo?

Dalí tuvo una infancia bastante turbulenta. Desde temprana edad, sus padres le dijeron que era la reencarnación de su hermano mayor, también llamado Salvador, que había muerto poco antes de nacer e incluso lo llevaban frecuentemente a visitar su tumba. Esto dejó una fuerte marca en el artísta, que creció convencido de que era la copia de su hermano. Además de esto, cuando solo tenía 16 años, su madre, a quién amaba profundamente, murió de cancer de útero y su padre contrajo matrimonio con su tía al poco tiempo. Su hermana afirmó que Dalí jamás aprobó esto y que desde ese momento su relación con su padre comenzó a deteriorarse.

Mostró un talento innato para el dibujo e ingreso Real Academia de Bellas Artes de San Fernando para recivir instrucción, donde llamó la atención de sus compañeros con su aspecto y carácter excéntrico. Lucía el cabello muy largo, con patillas, y se vestía con medias y polainas como los artístas victorianos. Su técnica era impecable, como podemos observar en una de sus obras realistas "Cesta de Pan", pero fue expulsado de la academia poco antes de sus exámenes finales por afirmar que nadie en ella estaba en capacidad de juzagarlo.

Un tiempo después, luego de tomar fama como artista e integrarse al movimiento del surrealismo, conoce a la inmigrate rusa que se convertirá en el amor de su vida y su musa, Elena Ivanovna Diakonovna, mejor conocida como Gala. Desde el incio su relación fue extremadamente inusual. Gala era 11 años mayor que Dalí, ya estaba casada con otro hombre y aún luego de divorciarse y contraer nupcias con Dalí, tuvo relaciones extramaritales con muchos hombres (incluyendo su anterior esposo), con las que Dalí se mostro de acuerdo. Se rumoraba que Gala era en extremo dominante, aunque actuo de forma muy efectiva como agente de Dalí, quién era de carácter muy disperso.

Esta relación no fue aprobada por el padre de Dalí, que consideraba el movimiento surrealista un foco de decadencia moral y a Gala, una mujer de mala vida. Luego de una fuerte discución, el padre de Dalí lo deheredo y le prohibió regresar a su casa, a lo que Dalí respondío lanzándole un preservativo lleno de su propio esperma y gritándole "¡Toma, ya no te debo nada!".

Poco después, también fue expulsado del grupo de artistas surrealistas, por no oponerse abiertamete a la dictadura de Franco o el nazismo. André Bretón consideró esto una cobardía y lo sometió a un "Juicio Surrealista" en el que se decidió que fuese expulsado del grupo, a lo que Dalí dió su famosa respuesta "Yo soy el surrealismo".

En mi opinión, si, Dalí era una persona egocéntrica y orgullosa, y su exuberancia si tenía la finalidad de llamar la atención. Pero esta era simplemente su forma de ser, que se veía reflejada en su arte y a pesar de todas las criticas que recivió, su talento siempre fue indiscutible. En palabras de George Orwell:

"Uno debería ser capaz de conservar en la cabeza simultáneamente las ideas de que Dalí era al mismo tiempo un excelente dibujante y un irritante ser humano. La una no invalida, o efectivamente, no afecta a la otra."